El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, se opuso al proyecto de ley que busca reducir a un 1% el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los servicios de Internet, ya que indicó que le costaría al país una disminución de poco más de ¢130 mil millones por año.
De acuerdo con el jerarca, el país recauda por concepto de venta de paquetes de datos y equipos que funcionan conectados a Internet un aproximado anual de ¢143 mil millones, mientras que, en caso de aprobarse la iniciativa, solo entrarían al fisco ¢12 mil millones.
Asimismo, Acosta manifestó que la eventual aprobación de dicho texto no impactaría en los precios finales de los servicios de Internet.
Según dijo, al tener que asumir el crédito fiscal en la venta de equipos o servicios, la compensación la terminaría asumiendo el cliente final con un aumento en el valor de la tarifa o el activo, similar a lo que actualmente ocurre con los vehículos eléctricos.
Otro de sus argumentaciones es que el proyecto no garantiza que las poblaciones más vulnerables se beneficien de este incentivo fiscal, siendo que este aplicaría para todos los usuarios, por lo que exhortó a la redacción de un nuevo texto.
Johana Obando, diputada de la fracción Liberal Progresista y proponente del proyecto, dijo que el plan sí busca ayudar a familias de bajos ingresos que, por ejemplo, tienen menores en edad escolar y necesitan conexión permanente a Internet.
Explicó que el propósito es facilitar el acceso a planes móviles postpago de bajo costo y con conexiones ininterrumpidas, dado que actualmente estos grupos poblacionales optan por adquirir líneas prepago con recargas de poco valor, cuyos datos son consumidos muchas veces en menos de 30 minutos.