Panamá comenzará a imponer multas de hasta 5.000 dólares a los extranjeros que violen sus puestos de control migratorio para entrar de manera irregular al país.
La medida fue anunciada por el presidente José Raúl Mulino a propósito del creciente flujo migratorio de extranjeros, en su mayoría venezolanos, que cruzan la selva del Darién para llegar a Estados Unidos.
Si la persona migrante no cuenta con los recursos económicos para pagar la multa, será deportada inmediatamente.
La sanción será de 300 dólares la primera vez que intenten entrar ilegalmente al país, de 600 la segunda, de 900 la tercera y de 1.000 en las siguientes.
Esta nueva medida se suma a las otras tácticas que ha ejecutado el país para reducir el flujo migratorio, como el cierre de varios puntos en la frontera con Colombia o las deportaciones aéreas de cientos de migrantes con apoyo de Estados Unidos.