¿Está en riesgo la democracia en Guatemala? Le explicamos la situación del país vecino

Los chapines han tenido una seguidilla de gobiernos manchados por la corrupción en todos sus poderes

Foto: Reuters/Jose Cabezas

En la actualidad Guatemala se ha convertido en unos de los países con más casos de corrupción y violación de derechos de todo el continente, debido a una larga lista de eventos que han golpeado su institucionalidad.

La lista de personajes políticos que se han visto envueltos en escándalos o situaciones que involucran hechos de corrupción no es corta, la encabezan algunos presidentes como Otto Pérez Molina, Jimmy Morales y Alejandro Giammattei.

Sin embargo, los otros Poderes de la República tampoco escapan a las polémicas que han puesto en duda la democracia de la nación, varios diputados y la fiscalía han estado en el ojo público por sus decisiones y acciones.

El último conflicto en el país centroamericano, se desarrolló el pasado domingo, en el traspaso de poderes del presidente electo, Bernardo Arévalo, quien tuvo que enfrentar un bochornoso momento frente a todos sus pares, debido a que el congreso saliente no quería reconocer al nuevo gobernante.

Según los diputados del periodo anterior, las irregularidades en la creación del partido de Arévalo, denominado Movimiento Semilla, hacían que el mismo fuera irreconocible por el congreso.

La idea del plenario, en su mayoría partidario del expresidente Giammattei, era mantener al mismo en el poder, pasando por encima de la ya muy fracturada democracia chapina. 

Dicho episodio terminó con protestas en la calles, mandatarios que debieron abandonar el país sin ver la toma de poderes, preocupación de entes internacionales y apoyo diplomático de diferentes naciones.

¿Cómo llegó Guatemala a esta situación?

Según el analista internacional, Gerald Solano, lo ocurrido en Guatemala es un conjunto de situaciones, que aunque no son exclusivas del país centroamericano, sí se han ido acentuando su institucionalidad.

“El tema de corrupción en los más altos estratos del país ha golpeado muy fuerte a la clase política guatemalteca, sobre todo con presidentes y expresidentes, lo que conlleva un debilitamiento a la institucionalidad y le da espacio a que el crimen organizado pueda permear dentro de las estructuras del país”, comentó Solano.

Para Solano, el desarrollo de esas fracturas en el Estado guatemalteco, han provocado que la ciudadanía pierda la confianza en la funcionalidad de los poderes, creando apatía y generando un electorado con pocas expectativas, y por ende, una democracia endeble.

Es importante destacar que de los últimos cinco presidentes del Ejecutivo, cuatro han sido investigados o juzgados por la justicia guatemalteca o la internacional, evidenciando lo comentado por Solano.

Los casos mencionado anteriormente son los siguientes:

  • Álvaro Colom fue sancionado por corrupción por los Estados Unidos.
  • Otto Pérez  Molina fue sentenciado a ocho años de cárcel por el mismo delito, pero salió libre bajo fianza.
  • Jimmy Morales también fue investigado por el mismo hecho y utilizó su poder para acabar la investigación en su contra, por parte de la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (Cicig).
  • Alejandro Giammattei es investigado por recibir sobornos por parte de una empresa rusa para otorgar una concesión.

Prensa e instituciones internacionales

El periodismo y la independencia institucional también se han visto dañadas por la corrupción en el país, recientemente se condenó a seis años de cárcel al periodista de investigación, Rubén Zamora, por supuesto lavado de dinero.

Zamora, un reconocido reportero de investigación, ha sido uno de los pioneros de ese género en su país, dejando en evidencia múltiples casos de corrupción en varios gobiernos, precisamente, días antes de su detención, el periodista había hecho graves acusaciones de corrupción al expresidente Giammattei, dejando muchas interrogantes y serias sospechas de violación a la libertad de prensa.

Pero no es la primera vez que los chapines ven una situación con tantas inconsistencias, como ya se mencionó, en el 2019 el entonces presidente, Jimmy Morales, decidió no renovar el contrato de la Cicig, debido a que le investigaban por actos ilícitos, dejando sin un órgano independiente de investigación a aquel país.

“Obviamente al ser expulsados por la presidencia, hace que se abra un espacio para poder remover las fichas de los grupos del crimen organizado, cosa que genera un flagelo para la sociedad, porque la impunidad es lo que más daña la democracia”, explicó Solano.

¿Podrá Arévalo cambiar la situación?

Los expertos creen que la tarea de plasmar un cambio significativo en la institucionalidad guatemalteca no será sencillo, principalmente por la oposición en el plenario, sin embargo, Arévalo recibió una noticia positiva luego recibir el poder, el presidente del Congreso, será el diputado oficialista, Samuel Pérez. 

Pérez se convirtió en el presidente más joven en la historia del plenario guatemalteco, con tan solo 31 años de edad, y podría ser la mano derecha del mandatario.

“Creo que habrá que darle un espacio para ver si se vislumbra un cambio y ver cuáles son temas de la agenda de Arévalo, hay mucha expectativa en la población y nivel internacional, de cómo se va a desarrollar su mandato” concluyó Solano.

La relación con la fiscal general, Consuelo Porras, también parece ser un problema, siendo esta una de las caras más visibles del revuelo del pasado domingo. 

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