Expertos aseguran que probablemente hay muchos casos todavía sin descubrir en el país

El pasado miércoles las autoridades del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizaron varios allanamientos que dejaron como resultado 2 personas detenidas.
En este caso uno de los capturados fue un hombre de apellido Rodríguez, quien se desempeñaba como oficial de tránsito activo.
A este oficial se le vincula con el homicidio de una mujer que se registró en el año 2020, porque según las investigaciones, participó en la logística vehícular para poder cometer el homicidio en ese año.
Acá lo que llama la atención es que en menos de un año ya se detuvieron ocho funcionarios de cuerpos policiales y el Poder Judicial.
A finales de noviembre una mujer que era funcionaria de la Fiscalía Adjunta de Puntarenas y su esposo, un investigador del OIJ, al parecer daban información a un grupo de prestamistas gota a gota.
Otro caso muy sonado fue el ocurrido en diciembre, cuando tres oficiales del tránsito fueron detenidos por ser parte de la banda de alias “Diablo” en el sector de San Carlos, los hombres se dedicaban a la logística de la banda en esa zona.
Ellos prestaban armas, vehículos y hasta placas que decomisaban para los carros de los miembros de la banda criminal del hombre más buscado del país.
Y a esto se le suma la detención de tres oficiales de la fuerza pública que habrían estado involucrados en un secuestro en Liberia.
Esto enciende las alertas y los analistas en temas de seguridad, comentan que estas son señales de que estamos iniciando la tercera etapa de un narco-Estado.
Dentro de las medidas, que aseguran, deberían aplicarse para erradicar esta infiltración de los grupos criminales en los cuerpos policiales, está la aplicación del polígrafo.
Las rotaciones también se plantean como una medida para evitar que los oficiales lleguen a crear lazos con personas o grupos criminales en las localidades donde laboran.
Pero hay que tomar en cuenta que las medidas no pueden rozar con los derechos de los trabajadores,
y siempre es importante realizar análisis a los oficiales, para notar cambios en sus hábitos e inclusive en su modo de vida.
Según los criminólogos los casos como estos son muchos, sin embargo, aún no salen a la luz pública, pero pareciera ser que los tentáculos del hampa están seduciendo a los cuerpos policiales.
Tal parece ser que las tentaciones y el dinero fácil están haciendo que los oficiales empiecen a ser parte de las bandas criminales.
Si desea ver la nota completa, puede hacerlo en el siguiente vídeo: