Tanto los Estados Unidos como la Organización de las Naciones Unidas piden protección a los inocentes en la guerra entre Israel y Palestina.

Las fuerzas israelíes prosiguieron sus bombardeos aéreos y terrestres sobre el sur de la Franja de Gaza, dejando decenas de muertos y heridos palestinos, a pesar de que Estados Unidos y Naciones Unidas les instaron repetidamente a proteger a los civiles.
Preguntado el lunes por el creciente número de víctimas mortales desde que se rompió la tregua entre Israel y Hamás el viernes, Estados Unidos, el aliado más cercano de Israel, dijo que era demasiado pronto para decir si Israel estaba haciendo lo suficiente para proteger a los civiles y que esperaba que Israel no atacara zonas que ha identificado como seguras.
Residentes y periodistas sobre el terreno afirmaron que los intensos ataques aéreos israelíes en el sur del enclave costero densamente poblado incluían zonas donde Israel había dicho a la población que buscara refugio.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Gutiérrez, hizo un llamamiento a Israel para que evite nuevas acciones que empeoren la ya de por sí grave situación humanitaria en Gaza, gobernada por Hamás, y evite más sufrimiento a la población civil.
“El secretario general está extremadamente alarmado por la reanudación de las hostilidades entre Israel y Hamás. (…) Para las personas a las que se ha ordenado evacuar, no hay ningún lugar seguro al que ir y muy poco con lo que sobrevivir”, dijo el portavoz de la ONU Stéphane Dujarric.
En noviembre, Israel se hizo con gran parte de la mitad septentrional de Gaza y, desde que el viernes se rompió una tregua de una semana, se ha adentrado rápidamente en la mitad meridional.
El brazo armado de la Yihad Islámica, aliada de Hamás, declaró que sus combatientes habían participado en intensos enfrentamientos con soldados israelíes al norte y al este de Jan Yunis, la principal ciudad meridional de Gaza.
Los tanques israelíes se han adentrado en Gaza a través de la frontera y han cortado la principal ruta norte-sur, según los residentes. El ejército israelí dijo que la carretera central que sale de Jan Yunis hacia el norte “constituye un campo de batalla” y ahora está cortada.
Israel informó el martes de que tres de sus soldados habían muerto en combate en Gaza el lunes, en lo que la Radio del Ejército describió como un día de encarnizados combates con combatientes de Hamás. Setenta y ocho soldados han muerto en Gaza desde el comienzo de la invasión militar terrestre.
Israel lanzó su asalto para acabar con Hamás en represalia por un ataque transfronterizo perpetrado el 7 de octubre por milicianos de Hamás contra ciudades fronterizas, kibutzim y un festival de música. Los milicianos mataron a 1.200 personas y tomaron a 240 rehenes, según los recuentos israelíes, el día más mortífero en los 75 años de historia de Israel.
Philippe Lazzarini, director de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Gaza (UNRWA, por sus siglas en inglés), afirmó que la reanudación de la operación militar israelí estaba repitiendo “horrores de semanas pasadas” al desplazar a personas que ya habían sido desplazadas anteriormente, saturar los hospitales y estrangular aún más la operación humanitaria debido a la limitación de suministros.
“Lo hemos dicho en repetidas ocasiones. Lo decimos de nuevo. Ningún lugar es seguro en Gaza, ni en el sur, ni en el suroeste, ni en Ráfah, ni en ninguna de las denominadas unilateralmente ‘zonas seguras'”, afirmó.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, reiteró los llamamientos a Israel para que proteja a los civiles y las infraestructuras civiles, incluidos los hospitales.
“La OMS ha recibido notificación de las Fuerzas de Defensa de Israel de que debemos retirar nuestros suministros de nuestro almacén médico en el sur de Gaza en un plazo de 24 horas, ya que las operaciones terrestres lo pondrán fuera de uso”, publicó el lunes en la red social X, antes conocida como Twitter.
DESPLAZADOS EN UN PÁRAMO
Hasta el 80% de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han huido ya de sus hogares en las ocho semanas de guerra que han convertido el superpoblado enclave en un páramo.
El lunes, Israel ordenó a los palestinos que abandonaran partes de Jan Yunis, indicando que debían dirigirse hacia la costa mediterránea y hacia Ráfah, ciudad próxima a la frontera egipcia.
Los gazatíes desesperados de Jan Yunis empaquetaron sus pertenencias y se dirigieron a Ráfah. La mayoría iban a pie, pasando junto a edificios en ruinas en una procesión solemne y silenciosa.
En Washington, un portavoz del Departamento de Estado dijo que era una “mejora” que Israel buscara evacuaciones en zonas concretas en lugar de ciudades enteras.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo que Washington esperaba que Israel evitara atacar zonas identificadas como “zonas de no ataque” en Gaza.
Sullivan afirmó que Estados Unidos había hablado con Israel sobre la duración de la guerra contra Hamás, pero no quiso dar a conocer el calendario.
Un alto cargo israelí dijo que se estaba tomando el tiempo necesario para ordenar evacuaciones más precisas con el fin de limitar las víctimas civiles, pero que Israel no podía descartarlas por completo.
“Nosotros no empezamos esta guerra. Lamentamos las víctimas civiles, pero cuando se quiere hacer frente al mal, hay que operar”, declaró esta fuente.
Más de 100 de los rehenes secuestrados por Hamás, organización respaldada por Irán, fueron liberados durante una tregua de siete días el mes pasado. Las autoridades israelíes afirman que siete civiles y un coronel del ejército murieron en cautiverio, mientras que 137 rehenes permanecen en Gaza.
En las ocho semanas de guerra, según el Ministerio de Sanidad gazatí, han muerto al menos 15.899 palestinos, el 70% de ellos mujeres o menores de 18 años. Se calcula que unos 900 han muerto desde el fin de la tregua el viernes.
Israel acusa a Hamás de poner en peligro a la población civil al operar desde zonas civiles, lo que incluye túneles que sólo pueden destruirse con grandes bombas. Hamás lo niega.
The Wall Street Journal informó el lunes, basándose en información de responsables estadounidenses, de que Israel había montado un sistema de bombas que podría utilizarse para inundar los túneles de Hamás.
No estaba claro si Israel consideraría utilizar las bombas antes de que todos los rehenes fueran liberados, según el artículo.