La suplantación de voz y de rostro utilizando estas tecnologías han tenido un aumento en el mundo

En las últimas semanas el mundo ha visto un aumento en los casos de suplantación de identidad y la vulnerabilidad que las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA) están dejando en evidencian, y uno de los casos más recientes fue el periodista mexicano, Jorge Ramos.
Ramos reconocido y respetado por su extensa trayectoria en medios de comunicación, denunció que un grupo de individuos estaba utilizando su imagen para estafar a las personas a través de redes sociales por medio de publicidad engañosa donde se usa su voz, o la clonación de esta utilizando la inteligencia artificial.
El periodista comentó en su momento que interpuso una denuncia ante las autoridades estadounidenses, sin embargo, se le dijo que es casi imposible dar con esos delincuentes virtuales, porque a los gobiernos les es muy complicado regular la IA, por su novedad y porque es considerado como libertad de expresión.
Lo anterior genera muchas interrogantes, pero sobre todo pone en evidencia la vulnerabilidad de la población ante este tipo de estafas, sin embargo, actualmente en la Asamblea Legislativa se trabaja en algunos proyectos para intentar salvaguardar la seguridad de las personas ante estos temas.
Sin embargo, los mismos no están orientados a penar los delitos que se comenten usando ese tipo de herramientas, ya que se centran en protección de datos o desarrollo de inteligencia artificial de una forma más ética y responsable.
Uno de estos proyectos es el de Protección de la Persona Frente al Tratamiento de sus Datos Neurales y Biométricos, presentado por el diputado de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Carlos Felipe García, que busca resguardar este tipo de información y encasillarlos como un dato personal.
“Evidentemente a través de la inteligencia artificial se pueden obtener patrones de comportamiento de las personas a partir de sus estímulos neurales, y que se permita observar cómo responden a ese estimulo. Estos datos no están regulados actualmente en la Ley de Protección de Datos, y con este expediente lo que pretendemos es darle rango de dato personal a los datos biométricos, para que puedan estar amparados por la Ley de Datos Personales” afirmó García.
Por otro lado, la diputada Andrea Álvarez de la Comisión de Ciencia, Tecnología y Educación mencionó que actualmente su compañero de fracción, Óscar Izquierdo, presentó un proyecto de ley que también involucra la IA, y el mismo lleva el nombre de Ley de Promoción Responsable de la Inteligencia Artificial en Costa Rica.
Este proyecto se analiza en la Comisión de Derechos Humanos, debido a que se concentra en la calidad de vida de las personas y su entorno utilizando la IA de forma segura, por lo que tampoco tocaría este tipo de delitos de forma especifica.
La diputada Alvarez también aseguró que aunque el tema está presente en el Congreso, es difícil tratar los tópicos tecnológicos actualmente, porque se desarrollan de forma muy veloz, por lo que algunas leyes pueden quedar obsoletas muy rápido.
“El tema de la inteligencia artificial y todo lo que tiene que ver con tecnología es muy importante de legislar, pero sí hay que tener mucho cuidado de que los proyectos no sean muy específicos, porque la tecnología avanza muy rápido, por lo que todo puede quedar obsoleto rápidamente”, aseguró Álvarez.
Por su parte, los expertos en tecnología como Esteban Mora, creen que al tema todavía le quedan muchas etapas de desarrollo y consolidación, porque a pesar de que la inteligencia artificial lleva ya algunas décadas en la sociedad, todavía está muy cruda, es decir, “en pañales”.
“Cuando nosotros empezamos a pensar en todas las aristas en las que uno puede utilizar inteligencia artificial generativa para desarrollar un contenido, creo que todos estamos de acuerdo en que tiene que ser regulado, pero sigue estando en pañales. Entonces, ¿cómo vamos a normar o legislar algo que todavía no tiene forma? no hay un objetivo claro”, detalló Mora.
De momento, parece ser que la población deberá aumentar su precaución ante las posibles estafas virtuales en las que la IA es cada vez más utilizada, debido a un crecimiento acelerado de las tecnologías que no permiten a los gobiernos y autoridades seguirles el paso.