La vida de Jason Alberto Rosales Miranda, un joven de 26 años, cambió radicalmente en marzo del 2012.
Cuando regresaba del trabajo en una finca bananera en Siquirres, un accidente en motocicleta provocado por la imprudencia de otro conductor, quien huyó de la escena, dejó a Jason con un trauma craneoencefálico severo, que lo ha privado de hablar, caminar y valerse por sí mismo.
Su mamá cuenta que Jason era un muchacho deportista. Le gustaba mucho el ciclismo y atletismo. Participó en Juegos Nacionales y ganó muchas medallas por su paso en el colegio.
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